La experiencia y el conocimiento adquirido a lo largo de tres generaciones, la agricultura de vanguardia y el amor por la tierra son los pilares sobre los que se cimenta la filosofía de la familia. Una familia con un lema que ha sido desde el principio nuestra razón de ser: “Lo más importante: nuestra tierra”. Algo que se materializa en su día a día con el cuidado y la labor de nuestros campos y el mimo a nuestros cerezos. El resultado es evidente: cerezas de primera calidad apreciadas por los paladares más exigentes. Un nivel de calidad que no defrauda las expectativas del consumidor, tanto nacional como extranjero.